domingo, 17 de junio de 2012

OJOS ABIERTOS. Charles Spurgeon


´Y oró ElÌseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová·, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado y miró; y he aquÌ que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseoª (2º Reyes 6:17).


I. EL OJO NATURAL ESTA CIEGO A LAS COSAS CELESTIALES.


 Dios está· en todas partes; sin embargo, el pecado ha cegado los ojos de los hombres para
que no le vean.
 Los mismos hombres son malos, culpables, caÌdos; sin embargo, no ven sus propias
heridas, contusiones y llagas putrefactas.
 Esta falta de discernimiento espiritual hace al hombre innoble.
 Sansón, ciego, es un triste espect·culo; de juez de Israel se hunde hasta ser un esclavo en Filistea.
 La ceguera espiritual mantiene a la persona contenta con este mundo, no permitiéandole
ver cuan poca cosa es; por tal razón se esfuerza, y peca, y sacrifica el cielo.
 Esto pone a los hombres en peligro: ´Si un ciego guÌa a otro ciego, ambos caer en en el
hoyoª (Mat. 15:14).


II. SOLO DIOS PUEDE ABRIR LOS OJOS DEL HOMBRE.


 Nosotros podemos guiar a los ciegos, pero no podemos hacer que vean.
 Podemos poner la verdad delante de ellos, pero no podemos abrir sus ojos; esta obra
pertenece solo a Dios.
 Algunos usan ojos artificiales, otros utilÌzan anteojos, o cristales de color, pero todo es
vano cuando los ojos son ciegos. La sanidad es sólo del Señor.
 Dar la vista a un ciego es lo mismo que crear;  quién puede hacer un ojo? En el pecador
la facultad de la visión espiritual ha desaparecido.
 El hombre ha nacido espiritualmente ciego, su ceguera es parte de sÌ mismo (Juan 9:32).
 Satanás engañó a nuestros padres en el Edén diciendo: ´Serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como dioses" (Génesis 3:5).


III. NOSOTROS PODEMOS ORAR PARA QUE DIOS ABRA LOS OJOS DE LOS
HOMBRES.


Debemos clamar: "Señor, te ruego, abre sus ojos para que vea."


1. Cuando les oÌrnos inquirir por el Evangelio deberíamos inquirir a Dios por ellos. Su
oración deberÌa atraer la nuestra.
2. Las oraciones de otros cristianos fueron eficaces para nosotros; por tanto, debemos pagar
esta bendición al gran tesoro de la Iglesia.
3. Glorificar· a Dios abrir sus ojos; oremos con gran expectación, creyendo que El honrar·
a su Hijo.


IV. DIOS ABRE LOS OJOS DE LOS HOMBRES.
1. El lo ha hecho en muchas ocasiones. Observad los muchos milagros sobre ciegos obrados
por el Señor.
2. El puede abrir vuestros ojos. Son muchas las formas de ceguera, pero todas est·n
comprendidas en la gran afirmación: ´El Señor abre los ojos de los ciegosª (Sal.146:8).


V. AUN AQUELLOS QUE VEN NECESITAN MAS VISTA.


1. Hay mucho más para ver en las Escrituras. ´Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu
Ley' (Sal. 119:18).
2. En las grandes doctrinas del Evangelio hay mucha luz latente.
3. En Jesucristo mismo hay muchas glorias ocultas. ´Señor, quisiéramos ver a Jesús' (Juan
12:21; Heb. 2:9).


Dean Goulbourn dijo alguna vez "Una de las condiciones más tristes de la criatura humana es leer la Palabra de Dios con un velo sobre el corazón, pasar por encima de todos los maravillosos testimonios de gracia y amor redentor que las Escrituras contienen, con los ojos del alma cegados. Y es triste también, si no tan censurable, pasar por encima de las obras de Dios, vivir en un mundo de flores, estrellas y puestas de sol y mil objetos gloriosos de la naturaleza y no tener ningún interés para descubrir a su Autor". --

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