jueves, 5 de septiembre de 2013

LA PODEROSA QUIETUD. por Viviana Serrano Frias

Salmos 46:10  "Estad quietos y reconoced que yo soy Dios...."
 Son hermosos los tiempos de quietud y tranquilidad.  Es más fácil entrar centrar nuestro pensamiento y corazón en Cristo cuando lo que nos rodea está en calma, ¿verdad?


Pero el Salmo nos hace un llamado a estar quietos, a permanecer quietos, porque este es un salmo RUIDOSO, terriblemente ruidoso, a nuestro alrededor hay mucho ruido y eso nos inquieta el corazón.
  • habla de la tierra conmovida, removida
  • habla de las montañas que se hunden en el mar
  • habla de los mares bramando y rugiendo
  • habla de naciones y reinos agitados, cayendo.
¿Cómo permanecer quietos, cómo guardar la calma en medio de todos estos ruidos? ¿Cómo permanecer quietos cuando la tierra se mueve bajo nuestros pies?, cuando constantemente oímos rumores de guerra, clamor de los que padecen hambre, dolor, injusticia, el gemir de un mundo, moribundo, ¡tormenta en el corazón!
En realidad, el salmista no habla de poner fin o acallar el ruido de afuera.
El ruido que nos llama la atención está afuera pero es entonces, en nuestro interior donde necesitamos esa quietud, y echar fuera el temor.
¿de dónde viene esa quietud interior? Viene de conocer dos verdades:
  1.  El Señor Jesucristo es magnífico, poderorso, el omnipotente, el Señor de los Ejércitos, el soberano de toda su creación. El Poder de Dios más grande que toda la confusión del ruidoso mundo
  2. La gracia de Dios que conocemos. David dice "el Dios de Jacob" (v.6), recordemos a Jacob:  un tramposo, un engañador, que se hizo pasar por su hermano Esaú ante su padre Isaac para robar una bendición.  Un conspirador, que se puso de acuerdo con su madre para hacerlo.
Pero el Señor extendió su misericordia a él , mostrando que él es un Dios de Gracia.
Y así como en Jacob, que no era bueno, que se burló de su padre, que aventajó a su hermano con engaño, en nosotros también se manifestó esa misericordia Salvadora que aún siendo pecadores Cristo murió por nosotros.

La gracia de Dios que fluye como río desde el trono de Dios está vigente hoy para nosotros su pueblo.
Estas verdades producen esa CALMA en nuestro corazón. 
Quien conozca el Poder de Dios y su Gracia tiene,como dice David, un REFUGIO EN MEDIO DE LA TORMENTA, EN MEDIO DEL RUIDO DEL MUNDO.  Ese refugio es Jesucristo, él está con nosotros, es nuestro auxilio, nuestro ayudador, nuestra fortaleza, escudo, refugio y amparo.  Amparo que está en las moradas de Dios, en su santuario donde los ríos del Espíritu Santo alegran y traen gozo al corazón.
No hay temor, hay seguridad y confianza en Cristo. 
Mi amado hermano/a la mano de DIos está sobre nosotros. él nos cubre con ella (salmos 139:5), la mano amorosa y omnipotente del Señor está guardándonos, una mano IRRESISTIBLE, ¿quien nos arrebatará de su mano? ¡QUÉ MARAVILLOSA SEGURIDAD!!.
Te invito a pedirle al Sñeor que en medio de un mundo en confusión, venga a nuestro corazón con poder y gracia, con misericordia, que manifieste su Espíritu Santo con su mano amorosa e irresistible, trayendo esa quietud tan anhelada a nuestros corazones.

EL SEÑOR TE SIGA BENDICIENDO.



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